UN DESEO PUEDE CONVERTIRSE EN REALIDAD SI ES VERDADERO
Estimados compatriotas cubanos residentes en Europa, creo que mi llamado de solidaridad entre nosotros mismos —se ha entendido mal— cosa que me entristece, quiero reafirmarle que es con el único objetivo de tratar de solucionar el gran problema que nos golpea a todos y que como sabemos ha estado presente en los encuentros anteriores que hemos realizados anualmente, porque yo en lo personal sólo tuve la iniciativa; pero jamás concreté nada hasta esperar respuesta de las diferentes asociaciones de cubanos residentes en Europa y también de todos aquellos que aunque no pertenezcan a ninguna asociación por las razones que sean; pero que si como cubanos dignos tienen el mismo derecho de que se les aclare todos sus derechos aduanales y, más en este momento, en que la Aduana Cubana ha dado pasos importantísimo en materia de perfeccionamiento como se ha publicitado, por creo que este es el momento para trasladarles las cuestiones recurrentes que nos han venido afectando.
En ningún momento yo dije que había una invitación oficial por parte del gobierno cubano, creo que nosotros como cubanos residentes en Europa, amantes de la paz y la justicia que de la misma forma que defendemos a nuestra patria libremente, sin que nadie nos los imponga, también tenemos el derecho de tener nuestras propias iniciativas y una vez que nos pongamos de acuerdo entre nosotros mismos las comunicamos al nivel correspondiente en Cuba.
Queridos compatriotas no se trata de nada ilegal —no sería yo quien lo convoque a algo así— siento por cada uno de ustedes un profundo respeto y consideración; ni tampoco se trata de algo que sea de interés del estado cubano sino de nosotros mismos, creo que de una forma u otra estamos acostumbrados al paternalismo y esperamos que el gobierno cubano decida lo que es de interés y beneficio para nosotros mismos —no compatriotas—, nosotros estamos en todo el derecho de tomar nuestras iniciativas, concretarlas y luego con firmeza y decisión se las proponemos al gobierno cubano o directamente o a través de los consulados, pues a nosotros ni el gobierno ni ningún funcionario de ninguna embajada nos ha dicho jamás que hay que defender la patria, la Revolución, la causa de los cinco etc., lo hacemos por amor, por nuestras propias decisiones, por el orgullo de ser cubano donde quiera que estemos, entonces por qué no podemos tomar decisiones para resolver nuestros propios problemas.
Yo estoy segura que si la iniciativa y la firmeza sale de nosotros el gobierno cubano y sus dirigentes nos apoyaran y lograremos lo que nos hemos propuesto sin que quede como un mero deseo, porque los deseos cuando se quieren en bien de todos terminan convirtiéndose en realidad.
Nunca quise ser protagonista, sólo quería que todos tuviéramos la oportunidad en el VIII Encuentro en Atenas de ser representados por un funcionario de la aduana cubana, conozco muy bien mi país y tengo absoluta confianza en sus funcionarios y estoy segura que de haberse concretado por parte nuestra esa iniciativa, la hubiéramos comunicado al gobierno cubano concretamente y hubiéramos recibido apoyo al cien por ciento.
Compatriotas, solo me resta sugerirle no agobiar a ningún funcionario que venga de Cuba a nuestro encuentro en Atenas con este tema que la ha robado tan preciado tiempo a todos los encuentros anteriores y ellos aunque tengan toda la voluntad del mundo no nos lo pueden aclarar como quisiéramos por no ser su especialidad.
Concentrémonos en nuestros cinco hermanos prisioneros del imperio, en este terremoto de cintas amarillas que fue un deseo de René y se convirtió en una realidad no solo en Cuba, sino en el mundo entero, pensemos en Antonio Maceo cuando dijo que los derechos se conquistaban y no se mendigaban.
Un abrazo solidario y lleno de cintas amarillas y cuando quieran pueden contar conmigo.
Josefina Sánchez Bazán
Editó:Asoc.Martiana